Novela El Contrato lectura en línea - Matthew Rothschild y Victoria LeeSmith - Joyread Español

El Contrato

El Contrato


Victoria, es una chica tranquila, directa y muy sincera. Disfruta de sus amigos y adora a su padre. Pero deberá poner a prueba que tan amplio es su adoración hacia su papá, cuando después de asistir a la fiesta de la empresa, se entera que tendrá que pasar un año viviendo en la casa de un desconocido, pero no cualquiera desconocido. Nada más y nada menos que el respetado y a veces temido jefe de su papá. Todo un año siguiendo reglas y órdenes de un conocido empresario, que a través de un contrato pretende controlar todos los aspectos de su vida. Pero las cosas con Victoria, no serán tan fáciles como él lo espera. El oscuro, secreto y bastante complicado pasado de ella, se verá expuesto y terminará mezclado con el suyo propio. ¿Podrá Victoria, aguantar a este hombre frío y calculador que a ratos se ve superado por la astucia y sinceridad de ella? ¿Podrá Matt, conseguir que ella ceda ante su carácter, su mal humor y su seriedad? El año más complicado qué ninguno esperaría pasar, aumentado al cuadrado. Los dos polos más opuestos pero iguales qué existieran viviendo bajo el mismo techo. El contrato te hará pasar por un sinfín de emociones, pero finalmente te hará darte cuenta que no existe la perfección y que las mentiras mientras más duren más posibilidades tienen de volverse realidad.

El Contrato es una novela romántica, los protagonistas son Matthew Rothschild y Victoria LeeSmith, puedes leer esta novela en línea en la página web de Joyread Español.

El Contrato - Capítulo 1


"El viaje"

-¡Hank, somos nosotros! ¡Nos vamos al caribe!

Gritó su esposa Jamie, emocionada por sobre todo el bullicio de la fiesta.

-¡Lo escuché, amor! No lo puedo creer, no lo..., no lo puedo creer...

Balbuceó intentando contener la emoción con su hija de 5 años entre los brazos.

-¿El caribe es dónde estuvo Jack Sparrow, papá?
-Sí, Cami, ese es el caribe -sonríe radiante ante la inocente comparación que acababa de hacer su hija menor
-¡Wow! ¿Y habrá piratas cuando vayamos?
-Camille, ya te he dicho que es solo una película -le recordó su madre, acercándose a ellos.
-Lo sé mamá, pero Vic, me dijo que los piratas si existen -insistió muy convencida de sus palabras.

Frunciendo el ceño, Jamie, volteó hacia la mesa, en dónde su segunda hija se encontraba sentada, y clavándole la mirada la señaló antes de recordarle acerca de las cosas que habla con su hermana pequeña.

-Victoria, ¿qué te he dicho sobre meter cosas en la cabeza de tu hermana?
-Mamá, yo no...--
-¡No lo vuelvas a hacer! -la cortó antes que pudiera explicarle.
-Jamie, amor, no seas tan estricta -interviene Hank-. Victoria, solo intentaba explicarle a Cami, sobre la película.
-Sí, mamá, yo sé qué hace muchos, muchos años atrás existieron los piratas, solo quería saber si allá todavía existían –defiende a su hermana con ese tierno tono culpable que solo un niño pequeño puede emplear-. No te enojes con Vic.
-Bueno, vamos a dejar el tema de los "piratas", mamá, nos acaban de dar vacaciones, y la fiesta aún no termina.

Interviene Noel, el mayor de los 3 hermanos

-Yo no quiero ir.

Protestó Victoria, malhumorada, irritando deliberadamente a su madre.

-Victoria, basta con tu actitud de ermitaña, vas a ir, y punto.

Ignorando la negativa de su hija, Hank, se acercó al asistente personal de su jefe junto a otros compañeros de trabajo, que al parecer estaban algo más entusiasmados que otros. Podemos culpar a la fiesta por eso.

A cada uno se le fue entregado un sobre con su nombre. En el interior encontrarían todo lo necesario para aclarar todas sus dudas acerca del viaje.

Absolutamente emocionado, Hank, regresó junto a su familia a disfrutar de un increíble show de fuegos artificiales. Cada año el espectáculo pirotécnico marcaba el fin de la gran fiesta anual organizada por ROTHSCHILD'S COMPANY.

Era tradición que todos los años la compañía de Hank, regalara vacaciones a algunos de sus trabajadores, este año, él fue uno de los afortunados. Pero su hija, Victoria, no pensaba a sí. El tono en que su madre había prácticamente sentenciado que iría a aquel viaje le daba a entender que sus planes de las vacaciones perfectas junto a sus amigos peligraban, provocando aún más su malhumor.

Durante todo el trayecto de regreso a casa, Jamie, no dejaba de hablar sobre lo bien que le sentaría a la familia aquel viaje, y lo mucho que necesitaba salir de la ciudad. Sus hijos sabían que cuando comenzaba con ese tipo de conversación, era mejor mantenerse en silencio y no disgustarla o sufrirían las consecuencias. De regreso en casa, Hank, se sentó en la sala a leer el documento que lo explicaba
todo, ansioso por conocer los detalles del viaje, pero se llevó una sorpresa cuando leyó la fecha de salida. Era al día siguiente.

-Familia, sé que es tarde y que ha sido un día largo, pero... ¿dónde está Victoria?
-Subió a su habitación, papá ¿voy por ella?
-Sí, Noel, tenemos que hablar del viaje.

Volviendo a tomar asiento en la sala junto a su esposa e hija pequeña, Hank, aguardó a que Noel, fuera por su hermana. Subiendo
los escalones de dos en dos, Noel, se dirigió a la habitación de su hermana, y tal y cómo lo imaginó, la puerta estaba cerrada. Tocó un par de veces antes que Victoria, apareciera.

-Vamos, papá quiere contarnos sobre el viaje.
-Odio todo esto, yo no quiero ningún viaje. -refunfuño cruzándose de brazos.
-No hagas esto, solo vamos abajo y escuchemos.
-Bien.

A regañadientes, Victoria, siguió a su hermano hasta la sala, tomando su lugar en el sofá frente a sus padres.

-De acuerdo, ahora que estamos todos, vamos a hablar de este maravilloso obsequio de parte de mi jefe. Sé que es tarde y estamos todos cansados pero ¡tenemos que hacer las maletas!
-¿Qué? Pero ¿ahora? -preguntó Victoria, alarmada.
-Sí, cariño, mañana nos vamos de vacaciones, así que tenemos que hacer las maletas, vienen por nosotros a las 3 de la tarde.
-Pero... ¿es necesario que yo vaya a ese viaje? Porque me puedo quedar en casa de Sue, o con Dexter -insistió, Victoria.
-Hija, no te vamos a dejar sola por 3 semanas mientras nosotros disfrutamos de todas las comodidades que nos brinda este viaje.
-Pero papá...--
-Victoria, fin del tema ¡vas con nosotros y punto!
-Es que yo iba a...--
-¡Las maletas! Todos arriba a armar las maletas –les ordenó antes que Victoria, pudiera volver a protestar.
-No quiero ir al puto caribe, ¡detesto el sol!

Espetó antes de levantarse del sofá y desaparecer de la sala.

Con el enojo instalado en su cabeza, porque una vez más su mamá no la dejara hablar y explicar el motivo por el que no quería ir a ese "viaje", subió a encerrarse en su habitación. Con impotencia se paseó de aquí para allá, pensando en qué hacer para poder escaparse de pasar 3 semanas bajo un infernal sol, tomó el celular y le marcó a su amiga Sue, pero enseguida cortó a recordar que estaría en una fiesta familiar fuera de la ciudad, así que le marcó a Jax, el único que contesta a todas horas.

Comiéndose las uñas ante la impaciencia de hablar con alguien, buscó en las llamadas recientes y le marcó.

-¡Jackson!

Suspiró al escuchar como su amigo se aclaraba la garganta al otro lado de la línea.

-Vic, hola ¿Qué sucede?
-Nada.
-No me vengas con esas, me estas llamando a las... -hace una pausa para mirar la hora-. 12 de la noche, y mañana tengo que trabajar, dime.

Insistió Jax, atento a lo que su amiga tuviera para decirle, ella nunca llamaba y no decía nada.
-Bien -suspiró cansada-. Mañana me voy al caribe por 3 putas semanas. El egocéntrico dueño de la compañía donde trabaja Hank, le ha regalado vacaciones pagadas a cuatro familias y..., ¡me voy al maldito caribe! -gruñó con amargura, necesitaba descargarse.
-¡¿Al caribe?! Pero..., es un hijo de puta trillonario ¿o qué?-exclamó sorprendido, despertando del todo.
-Sí. Para tener tantos empleados, creo que debe serlo.
-¿No me digas que el viejo ofreció filete y champagne de cristal? -se burló con sarcasmo.
-De hecho, sí..., -guardó silencio pensando en si era bueno o no aclarar que de viejo ni la corbata-... hu..hubieras visto toda la comida, y los vinos, debió invertir una pequeña fortuna en todo eso, creo que el año pasado no fue tan "extravagante", creo que debí vestir de etiqueta.
-No gruñas, sabes que me excita cuando lo haces -ronronea, activando el modo seductor.
-¡Cállate! –pide nerviosa-. No salgas con esas estupideces. El hecho por el cual te llamé es porque MAÑANA me voy por 21 días al puto caribe ¡ni siquiera me gusta el sol!
-Ah, mi blancanieves...
-No te burles –soltó intentando fingir que no había entendido esa insinuación-. Y no estás entendiendo por qué me enoja tanto ir al maldito viaje 
-Lo siento, estoy medio dormido.
-No voy a poder ir al festival, idiota.
Le recuerda con un malhumor de los mil demonios.
-¿Qué? Repite eso, Victoria.
-Me voy mañana, son 3 semanas y mi mamá ya dictó la sentencia.
-Maldición, Vic..., pero ya teníamos todo planeado para cuatro ¿qué vamos a hacer?
-Lo sé, Jackson. Llevamos un año planeando el maldito viaje y en un día se estropea todo.
-Calma, Vic, no te alteres ¿podemos hacer algo? ¿Puedes tomar otro vuelo? O quizás puedas regresarte antes de tus vacaciones familiares, yo voy por ti al aeropuerto el día que sea.
-Jax..., he dejado un agujero enorme en el suelo de mi habitación de tanto pensar en qué hacer para zafarme de esta..., de verdad quiero ir a Alemania con ustedes...

Gimoteó bajando el tono de voz. Se estaba lamentando.

-No, no, no, tiene que haber un modo, tienes que ir.
-Jax, el único modo sería escapándome, pero este tipo es tan..., no se "excéntrico" que estoy casi segura que tiene una isla y de eso es
imposible escapar y pasar desapercibida.
-¡Mierda, Vic! ¿Qué voy a hacer? ¡¡Tú eras mi compañera de viaje!!
Soltó levantando la voz en tono acusatorio, culpándola.

El enfado de Jax, se hizo evidente en el tono en que le estaba hablando, se sentía tan frustrado por no tenerla a su lado en este viaje que no pensaba con claridad. Es conocido por su mal temperamento, pero con Victoria, nunca ha salido a la luz.

-Jackson..., lo lamento, yo no quería que esto sucediera..., lamento tener que dejar nuestros planes por este viaje "familiar", pero creo que no puedo hacer nada para cambiar la decisión de mi mamá.


Se disculpó una vez más, con voz suave y cargada de culpa al no escuchar una sola palabra al otro lado de la línea así que de una vez colgó.

Levantándose de la cama de un salto, Jackson, comprendió que estaba siendo injusto al culparla por la decisión de sus padres. Así que tomando un par de respiraciones profundas, se acercó a la ventana y la llamó de vuelta, esperando que contestara.

......

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